¿Cuál es el mejor aislante térmico para paredes?

Si quieres saber cuál es el mejor aislante térmico para paredes, vamos a analizar en primer lugar las ventajas que aporta la utilización de aislantes en las paredes, además de que estudiaremos qué características debe cumplir el producto para garantizar el mejor resultado, y también conoceremos los diferentes tipos de aislantes térmicos que tenemos a nuestra disposición en la actualidad.

 

Razones para utilizar aislante térmico en paredes interiores

Seguramente te habrás planteado en alguna ocasión cuál es el mejor aislante térmico para paredes con el objetivo de aislar tu vivienda del frío y el calor, pero antes de contestar a esa pregunta, vamos a realizar un breve análisis para conocer las razones que tenemos para invertir en el aislamiento de paredes interiores.

Principalmente vamos a tener dos tipos de aislamiento desde una perspectiva general.

  • Aislamiento térmico: se trata del aislamiento que protege el interior de cualquier estancia o edificación frente a los cambios térmicos del exterior.
  • Aislamiento acústico: es el tipo de aislamiento que va a impedir el paso del ruido de un lugar a otro.

Cabe destacar que, dentro de estos dos tipos de aislamiento, vamos a tener la posibilidad de encontrar diferentes aislantes que se van a convertir en más o menos indicados en función del proyecto que tengamos entre manos y de sus características.

Las principales ventajas que vamos a disfrutar una vez que invirtamos en aislamiento térmico, serán las siguientes.

  •  Reduciremos el gasto en calefacción y aire acondicionado.
  •  Baja de forma considerable la condensación en el interior.
  •  Las variaciones de temperatura en el interior son mucho menores.
  •  Reducción de ruidos provenientes del exterior.
  •  Se reduce el moho, humedades y en general se consigue un ambiente más saludable.
  •  El aislante no requiere mantenimiento.
  •  Permite ahorrar mucho dinero, por lo que la inversión se amortiza en pocos años.

En cualquier caso, la mayoría de aislamiento térmico que vamos a utilizar, también tiene propiedades aislantes desde la perspectiva acústica, de manera que eligiendo bien vamos a poder matar dos pájaros de un tiro, y para que vuestro proyecto empiece a tomar un poco de forma, os dejamos aquí nuestros trabajos, y os recomendamos que sigáis adelante para poder conocer tanto las características como los tipos de aislantes más recomendados.

Las características de un buen aislante térmico

En cuanto a las características, todo aislante térmico que vayamos a instalar, debe cumplir con las siguientes máximas.

  • Contará con aislamiento acústico: aunque estemos hablando de aislante térmico, lo ideal es que cuente con unas características que le permitan, a su vez, también comportarse como aislante acústico.
  • Debe tener una baja conductividad y una alta resistencia térmica: ambos factores serán la clave para ofrecernos una buena resistencia frente a la entrada tanto de frío como de calor.
  • Ofrecerá una alta resistencia al paso del calor: es más fácil proteger una vivienda del frío que del calor, y en este sentido, un buen aislante debe contar con una buena resistencia al paso de este segundo. En este sentido debemos tener en cuenta el valor R indicado en los diferentes tipos de aislantes, el cual debe encontrarse entre R=2 Y R=2,5. Recuerda que cuando hace frío, tenemos que impedir que el calor salga, y cuando hace calor, evitar que entre.
  • Tiene que comportarse bien contra el fuego: en la actualidad, tanto el CTE como las diferentes Normativas de cada zona, exigen en todo momento un control adecuado acerca del comportamiento de los materiales frente al fuego. En este sentido, el aislante térmico debe cuidar mucho este aspecto, ofreciendo la característica de ser ignífugo, o de deteriorarse de tal manera que no favorezca la propagación.

vía Ovacen

Qué tipos de aislantes hay y cuál es el mejor aislante térmico para paredes

El aislamiento es un concepto muy importante en el que se lleva trabajando desde hace muchos siglos, no solo pensando en las viviendas y edificios, sino también en frigoríficos, aviones, hornos y en general para cualquier tipo de elemento que precise de un control lo más efectivo posible del paso del calor (entrada o salida).

De esta manera, con el paso del tiempo se ha ido experimentando con numerosos materiales, así como con compuestos que han ido evolucionando con el paso de los años hasta dar lugar a productos que son los que utilizamos a día de hoy y que ofrecen un resultado muy interesante.

Por esa razón, de las decenas de aislantes que podemos utilizar, vamos a destacar cuatro que son la celulosa, la fibra de madera, la lana de roca y las perlas EPS con grafito.

  • Celulosa como aislante: es un tipo de aislante quizás menos conocido por el público en general, pero que sin duda aporta interesantes ventajas. Se trata de papel de celulosa, generalmente reciclado, el cual se mezcla con bórax que lo convierte en ignífugo. Sus cualidades lo hacen muy similar a la madera, ofreciendo una gran resistencia térmica. Se puede aplicar mediante proyectado o insuflado.
  • Fibra de madera para aislamiento térmico: su coeficiente de conductividad térmica es uno de los más bajos, ofreciendo gran resistencia al fuego y una magnífica adaptabilidad.
  • Lana de roca: se presenta en diferentes formatos, aunque los más utilizados son la manta y los paneles rígidos en función del tipo de obra a realizar. Cuenta con una adaptación muy buena, una perfecta protección tanto a nivel térmico como acústico, así como una resistencia al fuego fantástica y no absorbe agua. Su punto de fusión es de 1200 ºC, además de que es incombustible.
  • Perlas EPS con grafito: es un tipo de aislante fabricado con poliestireno expandido y grafito, mejorando así sus cualidades y ofreciendo un rendimiento muy superior al de la mayoría de aislantes actuales. Además, tiene un fantástico comportamiento frente al fuego, sublimándose.

vía Ovacen

Ahora que ya sabemos cuál es el mejor aislante térmico para paredes en función de nuestras necesidades, el siguiente paso será el de estudiar el proyecto que deberemos llevar a cabo en nuestra casa, oficina, nave, despacho o cualquier otra edificación o estancia en la que queramos empezar a disfrutar de todas las ventajas que aporta un aislamiento de calidad y duradero, realizando de este modo una inversión pequeña que se amortizará en muy poco tiempo, ofreciendo un entorno mucho más saludable y confortable.

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