Aislamiento térmico: cuál elegir

La inversión en confort y comodidad en el hogar o en la oficina es algo que no tiene precio. En la última década, hemos podido observar una mayor preocupación por garantizar la eficiencia energética en estos espacios. No obstante, la principal pregunta que se hacen algunos profesionales y particulares tiene que ver con el aislamiento térmico y cuál elegir.

Este revestimiento no solo reduce el 40 % del consumo de la energía, según señala la Directiva 2012/27/UE, también contribuye a mejorar la sostenibilidad. Por lo tanto, estamos ante una herramienta muy útil para ahorrar dinero en la factura de la luz y mejorar las condiciones de habitabilidad. El uso de un buen material es fundamental para reducir las pérdidas de calor y evitar la humedad.

¿Qué es un aislamiento térmico?

La técnica del aislamiento térmico consiste en emplear ciertos materiales para mejorar la climatización de una vivienda o estancia, en concreto. Antes de elegir este elemento constructivo, lo más recomendable es tener en cuenta una serie de factores, como los tipos de paredes, la ubicación del edificio o las necesidades energéticas, entre otras.

El material ejerce una resistencia al cambio de temperatura para proteger un inmueble del calor o frío. El objetivo es evitar la transmisión de energía calorífica, por dicho motivo, la mayoría de estos aislantes contienen en su interior unas burbujas pequeñitas con aire encapsulado. En este aspecto, hay aislamientos naturales (madera y corcho), así como artificiales (poliestireno y lana de roca).

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¿Para qué sirve este revestimiento térmico?

Sin duda alguna, este tipo de aislamiento es una de las mejores opciones tanto para una obra de edificación nueva como para realizar una reforma. Además, ofrece un gran número de ventajas, no obstante, las más significativas son las siguientes:

  • Ahorro de la factura de la luz. En el aislamiento de vivienda se aprovecha al máximo la energía. Se reducen las pérdidas de energía y calor, además supone el ahorro del 30 % en los sistemas de climatización. La factura puede reducirse entre un 25 % al 30 %.
  • Confortabilidad. Otra de las principales razones para aislar térmicamente un edificio o vivienda es conseguir una temperatura mucho más agradable y confortable. En algunos casos, solo hay que aislar algunas estancias, como el sótano, el garaje o la buhardilla.
  • Mejora el medioambiente. Por último, es una buena opción para reducir las emisiones contaminantes y el impacto que tiene en el medioambiente. Hoy en día, este es uno de los temas que mayormente preocupa a los diferentes gobiernos y se contempla dentro de sus agendas políticas.

Tipos de aislamiento térmico

Actualmente, hay una amplia variedad de materiales para evitar la pérdida de energía en una casa. A continuación, vamos a resumir algunas de las opciones más populares y que utilizan los profesionales con mayor frecuencia.

  • Poliuretano. La espuma de poliuretano se emplea tanto para el aislamiento térmico como acústico, además, tiene un efecto impermeabilizante. Es un material inerte que se aplica in situ por proyección o colada. Se pueden emplear planchas, paneles sándwich y el poliuretano conformado. En cualquier caso, se garantiza la estanqueidad.
  • Lana mineral. Este material es muy ligero y ofrece excelentes prestaciones, por lo que es una elección adecuada para luchar contra el fuego, ya que no genera gases tóxicos. Igualmente, podemos obtenerlo en planchas, mantas y panes de sándwich.
  • Poliestireno expandido (EPS). Este plástico espumado y rígido se moldea con facilidad y destaca por su variedad. Entre sus principales características está la resistencia térmica y la durabilidad.
  • Poliestireno extruido (XPS). Este material versátil se presenta en varios formatos y tiene unas altas prestaciones como aislante térmico y protector para combatir la humedad. Es una buena opción por su durabilidad y se suele utilizar mucho en el sistema SATE.
  • Placas de yeso laminado (PYL). Este material se caracteriza por ser reciclable y sostenible. Sin pasar por alto su enorme resistencia a la humedad y al moho. Por lo tanto, tiene una función de gran importancia para evitar las condiciones y los ruidos. En algunas ocasiones, se combina con la lana mineral para garantizar un mejor resultado.

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¿Qué aislamiento térmico tengo que elegir?

Para finalizar, una vez que ya sabemos en qué consiste y cuáles son los principales materiales para este uso, es necesario valorar la viabilidad técnica y tipo de actuación para elegir la mejor opción. En este listado, ofrecemos algunos aspectos a tener en cuenta:

  • La baja conductividad térmica (λ) garantiza mayor eficiencia para evitar la pérdida de calor.
  • Por otro lado, hay que tener en cuenta la alta resistencia térmica (R) para oponerse al flujo de calor.
  • También, hay que valorar la resistencia al paso del vapor de agua. Algo que tiene que ver con el espesor y la permeabilidad del material. Esto resulta clave para evitar las condensaciones.
  • Otro aspecto es que el material sea ignífugo, para garantizar una mayor protección.
  • Por último, el material tiene que garantizar el aislamiento acústico para evitar el ruido.

 

En definitiva, para dar respuesta a la pregunta sobre el aislamiento térmico y cuál elegir, se deben valorar las prestaciones térmicas, la conductividad, la resistencia y el espesor. Sin embargo, los usuarios también tienen que tener en cuenta la vida útil del material, su origen, su capacidad aislante, etc. Lo importante es que cumpla con

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