Los trucos para pintar paredes con efectos nos permiten darle a nuestro hogar un aire mucho más original y personalizado. Y lo bueno es que para conseguir originales efectos no es necesario contar con herramientas especiales ni ser un experto. Aunque, como es lógico, el resultado siempre será mucho mejor si encargamos la tarea a un profesional.
Paredes con efecto rústico
Frente a la perfección de las paredes lisas que tan de moda han estado en los últimos años, ahora se impone una tendencia algo más clásica, dándole protagonismo a esas imperfecciones llenas de encanto que había en las paredes de las casas de hace unas décadas.
El efecto rústico es fácil de conseguir. Lo que hay que hacer es aplicar un poco de pasta con ayuda de una llana de plástico sobre la pared, dando pasadas irregulares, de forma que nos vayan quedando irregularidades de diferentes grosores.
Se deja secar durante 24 horas y luego se aplica color con veladura, realizando movimientos circulares para extender bien el producto hasta cubrir todas las zonas. El resultado es una pared de estilo clásico espectacular que queda bien tanto en dormitorios como en salones.
Trucos para pintar paredes con efectos usando rodillos decorativos
Existen muchos tipos de revestimiento de pared que tienen diferentes texturas e incluso diseños. Si quieres darle un toque original a una estancia sin aplicar revestimientos, solo con la pintura, los rodillos decorativos son una buena opción.
Tienen estampado un patrón que va a quedar marcado en la pared con cada pasada que des.
Lo recomendable en este caso es pintar la pared de un color neutro y luego aplicar el rodillo decorativo para crear un patrón con flores, formas geométricas, u otro diseño que hayas escogido.
Antes de empezar a trabajar piensa bien dónde quieres que vayan los motivos, y desliza el rodillo con cuidado para que la aplicación sea uniforme y no se superpongan los dibujos.
Técnica del esponjado
El esponjado es un clásico en las paredes para casas cuando se les quiere aportar textura de una forma rápida, sencilla y económica. Además, se pueden conseguir efectos diferentes en función del tipo de esponja utilizada, porque los poros son siempre únicos.
En esta técnica comenzamos pintando la pared del color que deseamos que actúe de base. Una vez que se ha secado, metemos la esponja en agua y luego la pasamos por la pintura de contraste, y la aplicamos dando pequeños golpecitos o toquecitos. Aplicando más o menos pintura con la esponja conseguiremos diferentes resultados, pero en todo caso logramos darle más profundidad y volumen.
Una versión similar, pero con un resultado un poco diferente, consiste en aplicar la pintura con un paño arrugado. Cuantas más capas apliques, mayor sensación de profundidad vas a conseguir.
Paredes con efecto rayado
Este efecto es muy original, pero no conviene abusar de él. Resulta ideal para destacar una pared importante dentro de la estancia. Por ejemplo, la pared del cabecero en el dormitorio, o la zona del comedor en el salón.
Comenzamos pintando la pared en el color que hemos elegido para la base y dejamos que se seque. Una vez que la pintura esté seca aplicamos sobre ella la capa de contraste y, antes de que se seque, la repasamos de arriba abajo con un cepillo de cerdas finas (vale también una escoba de fibra). Apretando lo suficiente como para que las marcas se noten.
El resultado es un interesante efecto rayado en la pared que en ningún caso va a pasar desapercibido.
Otra forma de obtener una pared a rayas horizontales o verticales es utilizando cinta de carrocero. Se pinta toda la pared con el color de base elegido y, una vez que está seco, se crean secciones utilizando cinta de carrocero.
La segunda pintura se aplica en esas secciones y, cuando están secas, se retira la cinta de carrocero. Ya tienes una pared con un original efecto a rayas. Para conseguir mejores resultados, asegúrate de medir bien y de que las líneas estén rectas.
Efecto salpicadura
Es un efecto que da muy buenos resultados en habitaciones infantiles y juveniles a las que queremos darles un toque divertido. Pinta entera la pared de un color neutro, el blanco va muy bien porque aporta luminosidad y no tendrás problema para combinarlos con otros tonos.
Cuando la pared esté seca, escoge pinturas de otro u otros colores. Moja la brocha, sostenla en vertical y lleva sus cerdas hacia atrás y hacia adelante, creando una salpicadura en la pared. Repite la operación tantas veces como lo veas necesario.
Hay muchos trucos para pintar paredes con efectos. Con buenos materiales y un poco de maña puedes conseguir muy buenos resultados. No obstante, como siempre ocurre cuando se trata de hacer reformas en el hogar, el mejor resultado lo vas a conseguir si dejas esta tarea en manos de profesionales.