Abordar la reforma de un loft es un proceso que, aunque puede resultar complejo, acaba dando muy buenos resultados. Lo que obtenemos después de las obras es una vivienda totalmente actual y acorde con las tendencias del momento.
Aunque los apartamentos tipo loft suelen tener un cierto aire industrial que les dota de mucho encanto, no estamos limitados a este estilo. Podemos jugar con la decoración e incluso con la arquitectura interior para conseguir espacios con un estilo más nórdico, boho chic, etc.
¿Qué es un loft?
Loft es un término que podríamos traducir como desván o almacén. Pero no te confundas, porque la reforma de un loft es algo que va más allá de reformar un garaje para convertirlo en vivienda.
La tendencia de reformar espacios industriales para vivir en ellos surgió en Nueva York en los años 50. Los alquileres en la ciudad eran tan altos que los estudiantes y artistas empezaron a habilitar como viviendas espacios de trabajo que habían quedado abandonados. El resultado fue la aparición de casas grandes y luminosas ubicadas en zonas no residenciales.
En Europa, el boom de los loft llegó a principios de los 2000, aunque en este caso sí es común que este tipo de espacios formen parte de zonas residenciales. Por lo tanto, podemos destacar tres características principales de estas viviendas:
- Espacio diáfano. Su principal seña de identidad es que no hay divisiones interiores entre las diferentes zonas de la casa. Como mucho, el dormitorio se sitúa en altura para separar la zona de día de la de noche.
- Techos altos. Al estar construidos en espacios industriales o comerciales, los techos suelen ser más altos que en una vivienda de estilo tradicional. Esto contribuye a aportarle al espacio más luminosidad y una gran sensación de amplitud.
- Grandes ventanas. Un loft es, por naturaleza, un espacio bien iluminado, por lo que nunca faltan en él grandes ventanales que dejan pasar la luz natural a todos los rincones de la casa.
¿Qué tipos de usos se le dan a un loft?
Estamos acostumbrados a entender el loft como un espacio industrial o comercial que ha sido rehabilitado para convertirse en vivienda. En la mayoría de los casos, este tipo de casas se perfilan como la opción ideal para personas que viven solas y para parejas.
Al carecer de divisiones interiores, no es el tipo de vivienda que elegiría una familia con hijos, ya que en un espacio tan diáfano no hay demasiada intimidad. No obstante, el loft también puede funcionar como espacio de trabajo. De hecho, hay empresas que se instalan en este tipo de inmuebles y parecen encajar a la perfección; por ejemplo, para ser la sede de una start-up.
Mejores ideas para la reforma de un loft
Reformar para aumentar el valor de la vivienda siempre es buena idea, pero hay que hacerlo bien, y con un loft ocurre exactamente lo mismo. Aquí tienes algunos consejos para empezar a hacerte una idea de cómo debería ser el resultado.
Dejar el espacio totalmente diáfano
Lo primero que hay que hacer es deshacerse de todas las paredes, salvo aquellas que sean imprescindibles para conservar la intimidad en un espacio tan importante como lo es el cuarto de baño. Si hay columnas que no se pueden derribar, no pasa nada, de hecho, estas contribuyen a reforzar el aspecto industrial.
Una vez que las paredes se han reducido lo máximo posible, hay que darles a todas el mismo estilo para conseguir una sensación de continuidad en todo el espacio.
Darle protagonismo a la cocina
Aunque el loft no sea muy grande, la cocina debe destacar dentro de él. Se ubica junto a la zona de salón comedor y, aunque se vean mucho las cocinas abiertas, esta debe tener personalidad propia, combinando la estética y la practicidad.
A la hora de decorar un loft, es esencial que haya una sensación de continuidad, tal y como comentábamos antes al hablar de las paredes, así que es buena idea que los muebles y el estilo de la cocina combinen con los que vamos a elegir para el resto de la casa.
Elevar la zona de dormitorio
Una buena forma de aprovechar los techos altos del loft, y distribuir mejor los espacios, es crear una falsa segunda planta en la que ubicaremos el dormitorio.
La clave para que nuestro loft no se convierta en un dúplex es que el espacio continúe siendo abierto. Para ello, la “habitación” carecerá de paredes. Podemos instalar una barandilla o una pared de cristal, de forma que, al mirar desde abajo, podamos apreciar lo que hay arriba.
La reforma de un loft es un proyecto muy interesante que siempre hay que abordar con calma y teniendo en cuenta las necesidades y gustos de cada persona, pero sin perder de vista las características que nos permiten identificar a este tipo de viviendas. Si lo hacemos así, el resultado será perfecto.