06 Jun Cambiar el suelo sin obras: ¿es posible?
Cambiar un suelo antiguo o deteriorado puede hacer mucho a la hora de actualizar el estado de tu vivienda, incluso si no estás pensando en efectuar una reforma al completo. Si buscas renovar tu hogar, pero deseas hacerlo de la forma más sencilla posible, te interesará saber cómo cambiar el suelo sin obras.
El suelo es un elemento imprescindible para que tu casa se vea moderna y actualizada, así como para asegurar su funcionalidad. Además de la parte estética, gracias al suelo, también se consiguen mejorar aspectos como el aislamiento térmico.
En la actualidad, existe una gran cantidad de tipos de suelo para casa, por lo que podrás estrenar uno nuevo sin necesidad de hacer reforma. Para ello, elige alguna de las ideas que te proponemos.
Apuesta por el suelo vinílico
El suelo de vinilo es uno de los que más demanda tienen en la actualidad. Es una gran alternativa al parqué, así como al laminado de madera. Destaca por ser un material resistente, a la vez que un buen aislante acústico, así como por ser hipoalergénico.
Por otro lado, su método de instalación puede ser en loseta, lama o rollo, así como encolado o a través de clic, como sucede con el parqué flotante. Gracias a sus múltiples posibilidades, con él, se puede imitar madera, al igual que otro tipo de materiales como el hormigón o la piedra.
Parqué flotante
El parqué flotante es otro de los más buscados gracias a su instalación tipo clic. En el mercado los podrás encontrar con distintos espesores que van entre los 9 y 16 mm según tus necesidades. Asimismo, incluyen una lámina plástica aislante para colocarla entre el solado y el pavimento original.
Su montaje destaca por ser muy rápido, sencillo y económico. Por ello, si te preocupa cuánto cuesta cambiar el suelo de una casa, esta puede ser una gran alternativa.
Suelo de linóleo
Este tipo de suelo se hace con un material natural y ecológico. Entre las materias que se utilizan para fabricarlo está el aceite de linaza, el yute y la harina de madera. Por otro lado, se puede deshacer bien cuando finaliza su vida útil y es biodegradable.
Cuando se empezó a usar, se instalaba como pavimento continuo, lo que hacía que se requirieran los servicios de un profesional. Sin embargo, en la actualidad, existe en formato de losetas, por lo que su colocación es mucho más sencilla.
Cerámica en seco
Este suelo cerámico destaca por su colocación en seco. Se trata de un conjunto de baldosas sobre una matriz plástica que forman la base y las juntas de unión. Esto hace que no haya que emplear material adhesivo.
Aunque surgió para instalaciones temporales, también se puede aplicar en las viviendas. De nuevo, es una buena alternativa si buscas una opción económica y rápida para cambiar el aspecto de tu hogar.
Suelo de resina epoxi
El suelo de resina epoxi no se puede ubicar sobre la madera. Asimismo, siempre debe instalarlo un profesional. Su resultado es el de un suelo continuo, sin juntas y liso, que tiene un fino grosor de unos 2 mm. Por su parte, la resina destaca por ser muy resistente, así como autonivelante.
Esta opción cuenta con dos componentes que se endurecen después de mezclarlos, de ahí su resistencia. Además, es importante colocarlos en superficies rígidas, niveladas y en buen estado.
Corcho
El corcho también puedes instalarlo sin hacer obras y es fácil de colocar en cualquier superficie que ya esté nivelada y no sea porosa. Asimismo, destaca por ser una opción muy sostenible y ecológica.
Por otro lado, también suele gustar por la sensación confortable que provoca al pisarlo, lo que lo hace ideal en las habitaciones infantiles. En la actualidad, existen suelos de corcho que imitan la madera y son un buen aislante térmico y acústico. Por ello, también se convierten en una gran alternativa a la hora de renovar tu suelo.
Moqueta
Por último, la moqueta también puede ser una buena opción si deseas cambiar el suelo sin obras y apostando por un clásico. En este caso, se puede instalar sobre el pavimento antiguo cuando este esté nivelado y en buen estado. De nuevo, destaca por ofrecer una pisada cómoda.
Algunas de sus ventajas son la flexibilidad, suavidad y esponjosidad de algunos tejidos, que mejoran la calidad de la pisada. Esto se hace aún más patente cuando el grosor de la moqueta es mayor. Por otro lado, la moqueta aísla la vivienda de forma acústica y térmica, ayudando a mantener el calor. Esto supone un gran ahorro en calefacción a largo plazo.
Con todas estas ideas has visto que cambiar el suelo sin obras es posible y mucho más sencillo de lo que puedas pensar. Elige la opción que mejor se adapte a tus necesidades y renueva tu hogar sin esfuerzo y de forma senxilla.
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